El triunfo electoral que ungió al ex militar y defensor de la dictadura Jair Bolsonaro como próximo presidente de Brasil parece haber forzado las fronteras de la extrema derecha en el mapa de los gobiernos y los estados latinoamericanos.

Pero, detrás de ese cóctel racista, homofóbico, violento y autoritario que se encarna en el político que el 1 de enero asumirá el mando del más poderoso país sudamericano, creemos avistar otras razones y más consecuencias.

Por un lado nos preguntamos si la democracia va corriendo su límite de lo tolerable con tal de seguir garantizando un sistema que así ratifica ser obediente al imperio del capitalismo y asumir la pura gestión del orden existente y, por ello, ya no importa el aparente signo ideológico de quienes juegan a las elecciones.

Pero, por el otro, pensamos si lo burdo de personajes como Bolsonaro impiden el necesario balance de las gestiones autodenominadas progresistas que dejaron intocada la lógica del capital y cayeron unas tras otros en medio de denuncias de corrupción amplificadas por los grandes medios de comunicación.

Así que esta medianoche en Después de la Deriva aspiramos a que, tras lo siniestro que se precipita en Brasil, empecemos a hablar de las barbaries democráticas que buscan desaparecer las ideas emancipativas e igualitarias y poner en peligro de extinción a los seres dispuestos a dar pelea por una existencia que le dé sentido a una vida regida por lo utilitario y lo mercantil.

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